lunes, 21 de febrero de 2011

Andrés Sardá y Miguel Palacio reinan en la cuarta jornada de Cibeles!!!!

Los tonos flúor y el neopreno y los acolchados dan aspecto muy deportivo a la colección de Adolfo Domínguez inspirada en el Vintage de los 70, el Pop Art y el Cubismo.
El punto -especialidad de Sita Murt- de las chaquetas en diferentes versiones combina con ceñídismos pantalones de cuero negro o con ligeros vestido de gasa o seda. La gama poco colorida va de los grises y blancos a los rosa fuertes en grandes estampados.
La colección es en general muy corta con minifaldas y shorts. Los pantalones capri -prácticamente todos en negro- combinan con suaves blusas. NO ha habido noche en un desfile en el que tampoco han destacado los escotes, la mayoría a la cajo o de camiseta.
TCN no deja de sorprender con sus románticos estampados, que aparecen revueltos de confetis y vichys, dando a todo un aire muy retro. Algo hay de ellos que recuerda a una imagen reciclada.
En su colección interior predomina el bandeau, sostenes de varillas, cinturas altas y bodies. Totón Comella mezcla puntillas entre brillos y mates, mientras que su línea home exterior dibuja vestidos con volúmenes anchos arriba, encajados a la cintura y cadera, junto con faldas altas que marcan la silueta.
Miguel Palacio, sin embargo, sorprende con la agilidad de un desfile de hasta setenta salidas en las que la firma de Miguel se mezcla con su colaboración de Hoss, nadie nota la diferencia porque la maestría recorre cada puntada.
El zorro polar abriga a las mujeres, que coquetea con los colores más atrevidos de la paleta. Los cuellos elaborados sobre camisas trasparentes juegan a la seducción mientras los patrones rectangulares se encajan a la cadera de la mujer. El diseñador es el úncio que apuesta por el corto, mini vestidos y mini faldas llenan la pasarela frente a abrigos XL.
Hotel Formentor, Mallorca 2010. Es el lugar en el que nace y muere la colección que ha presentado Alma Aguilar.  La historia del hotel y de los huéspedes conquista todos sus diseños en los que las cinturas marcadas, siluetas vaporosas, tejidos volátiles y gama pastel contrasta con los vestidos estampados que llenan de transparencias la pasarela.
Los pantalones fluyen entre los masculino y lo femenino a base de sedas y alpacas, combinadas con imponentes sombreros y tocados que revisten de feminidad a la mujer de Alma.

Andrés Sardá seduce con color y encajes. Una mujer de los años 50, cinturas muy marcadas y femenina de los pies a la cabeza.
Para el día la mujer de Andrés Sardá apuesta por los colores, traducidos en calzas, zapatos e impresionantes tocados en los que el arcoiris recorre las borlas y flores que decoran las cabezas de las modelos.
La elegancia conquista la noche, en base de pailletes y pieles, combinaciones arriesgadas que instan a la mujer a abrigarse para el frío pero sin renunciar a una belleza y sensualidad interior.
Complicados vuelos, lanas, sedas y encajes que de forma armoniosa recorren el cuerpo de la mujer hasta conseguir convertirla en una diva retro de los 50.

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